Estrecho

Por razones históricas, culturales, sociales, económicas y políticas, los países que conforman la Isla Española parecen tener diferencias irreconciliables y un continuo estado de rechazo mutuo. Durante cerca de 100 años, los haitianos han sido usados como mano de obra en Rep. Dominicana y por generaciones han permanecido en ella, habiéndose considerado nacionales, habiendo tenido su documento de identidad dominicano, e incluso habiendo votado en todas las elecciones.

Esta situación cambió a partir de una sentencia del 2013 (basada en una modificación a la Constitución del 2010) que considera “ilegales” a los nacidos en Rep. Dominicana de origen haitiano cuyos ascendientes no residan en el país de forma “legal”, al momento de su nacimiento, y que establece “un procedimiento de “regularización” de los registros de actos del estado civil desde 1929 hasta 2007, ordenando la creación de libros-registro especiales de nacimientos de extranjeros” *

Todo ello ha ocasionado la deportación de miles de personas, que se han ido estableciendo provisionalmente y de manera muy precaria en la zona haitiana cercana a la frontera.

Con trozos de telas, palos y ramas, construyen sus efímeros hogares. En estas estrechas casitas, en esa estrecha franca de terreno, en un ámbito judicial de estrechas interpretaciones y ante una sociedad de estrechas miras, familias enteras, parejas o personas solas viven con sus pocas pertenencias en situaciones de incertidumbre, sin saber que pasará al día siguiente, sin ningún tipo de seguridad y en continuo transito.

Como colectivo exploramos la memoria, la arquitectura y la relación entre ambas. En este proyecto exploramos además los conceptos de familia, fragilidad, incertidumbre, levedad, inseguridad, precariedad y transitoriedad.

· Virginia Wall, Coordinadora del Observatorio Judicial Dominicano. 4/9/2013